La vida da muchas vueltas, ya sea para bien o para mal, y en este caso es para lo segundo. Os vamos a contar una historia de un chico que llegó al Real Madrid, pero tras no triunfar tuvo que conducir camiones para ganarse la vida.
En el año 2002 se organizó un concurso televisivo llamado “Camino a la gloria” en el cual se hacía un show futbolístico, y el mejor de los jugadores sería fichado por el Real Madrid.
12.000 chicos se presentaron a las pruebas, pero tan sólo uno podía ser elegido, y ese fue Aimar Centeno, de nacionalidad argentina y 16 años.
Image by Alberto Mareque
Tras ser seleccionado su vida cambió radicalmente, pasó de ser un estudiante a entrenar con Ronaldo Nazario de la noche a la mañana, pero desgraciadamente el primer día de entrenos sufrió una lesión, un pinchazo en el abductor. Para su desgracia, esa lesión no le permitió convencer a su entrenador para quedarse en el club.
También probó a jugar en River, pero tampoco llegó a cuajar. Hoy en día se gana la vida como conductor de camiones pesados, pero con una gran espina clavada, la de ser futbolista profesional.
Nunca sabes lo que te va a deparar la vida.